NOTA DEL AUTOR
Antes de comenzar a leer este capitulo tengan en cuenta que el día de hoy se publicaron dos capítulos en compensación por el domingo pasado en el que me fue imposible publicar. hoy se entrega el capitulo 14 y 15
Espero los disfruten!!!!
-¡Luciana!- Se
queja Scarlet con voz entrecortada y temblando como una hoja al
viento. –¿Quien es ese horrible hombre?
¿De donde lo conoces?-
-Lo conocí una
tarde cuando regresaba a casa-
-¡No me gusta!-
-A mi tampoco me
gusta. Pero no te preocupes, no creo que vuelva a molestarnos- Responde
abrazándola y tratando de tranquilizarla. Piensa que fue clara y directa con
Amaury y el tomaría su actitud como advertencia para mantenerse alejado de
ellas.
-¿Acaso no
escuchaste lo que dijo? ¡Nos quitara la casa y esta obsesionado contigo! Además,
la forma en que te miraba….- Scarlet no puede terminar la frase y no logra encontrar el alivio en los brazos protectores
de su hermana. Nunca había percibido el peligro como lo percibía en los ojos de
ese hombre que tanto terror le generaba. Como si el fuera la manifestación
humana del demonio mismo.
-Tranquila Scarlet.
Nunca venderé la casa y no dejare que
ese hombre me toque un solo cabello-
-¡No lo dejes; Es
nuestra casa, aquí crecimos, aquí deben crecer nuestros hijos!- el desespero se
apodera de Scarlet que comienza a hiperventilar aterrorizada con la idea de
salir de la casa y el jardín que tanto ama.
-Tranquilízate
Scarlet- La sacude Luciana tratando de sacarla de ese estado de pánico.
-Todo
estará bien. ¡Te juro que nunca podrán quitarnos esta casa ni alejarte de tu
jardín!- Agrega y la vuelve a abrazar fuertemente hasta que siente como se va
relajando lentamente. Luego la lleva al comedor donde Maya y Atita organizan la
mesa en silencio absoluto. Sus caras reflejan angustia y los ojos de Atita
están rebosantes de lágrimas no derramadas, lo que para Luciana significa que
escucharon la conversación. Deja a Scarlet en una silla y luego se acerca a las
dos mujeres que considera más que criadas.
-No se preocupen.
Ustedes hacen parte de esta pequeña familia y nadie nos sacara de esta casa-
-Tenga cuidado niña
Lu- Le susurra Maya sosteniéndole la mano a Luciana y fijando su mirada para
enfatizar su advertencia. -Ese hombre es un Wanülüü. Por eso la niña roja le
teme. Su corazón inocente puede percibirlo-
-Lo hare Maya. Lo
hare- Le responde Luciana con un creciente temor. La sabiduría de Maya para juzgar a las
personas siempre fue bien conocida y nunca se equivoco en sus juicios.
Luego de una cena
incomoda, Luciana logra que Scarlet tome
agua de valeriana para calmarse y tener un sueño relajado. Caminan por la casa evaluando el deterioro
que el salitre y la humedad generaban en la casa, y acuerdan buscar la manera de restaurarla. Luego
van a la cama para hablar de sus experiencias en la casa desde que eran niñas hasta
que el sueño vence a Scarlet y deja a Luciana sumergida en presagios
angustiosos con Amaury pero
que finalmente son vencidos por los recuerdos hermosos con Gerard.
A unas cuantas
cuadras de la casa de Las hermanas Lemaitre, Gerard también hace lo mismo en su
cama. Repasar mil veces los pocos segundos de aquel beso. Sus labios llevan aun tatuado los labios de
Luciana y su memoria aun lleva el olor de mango con canela que la envuelven. Finalmente se sumerge en un
sueño más decidido que nunca en buscar en ella una nueva oportunidad para amar.
Gerard se encuentra
sentado en la playa arrastrando la arena con los dedos, admirando el amanecer y
dejándose arrullar por el sonido de las olas que rompen en la playa. De repente
el agua del mar comienza a formar la silueta de una mujer que va tomando la forma de Luciana. El enfoca la
mirada tratando de comprender el fenómeno, pero su desconcierto es eclipsado
por la sonrisa de Luciana mientras sale
del agua caminando hacia él.
Gerard se levanta y
comienza a caminar hacia ella feliz por la buena disposición de Luciana a un
encuentro, pero faltando unos metros para alcanzarla, un fuerte viento
acompañado de un frio glacial la congelan justo
cuando le extiende la mano a Gerard, dejándola solida y trasparente como
el cristal. El corre hacia ella para intentar ayudarla pero un coche negro
halado por dos caballos la arroya rompiéndola en mil pedazos. Gerard se
queda paralizado por el horror, y ve
como frente a él, pasa el coche al igual que un par de días antes en la plaza.
-Abigail- Susurra
de nuevo al ver el rostro en la ventana. Ese rostro que lo acompaño por cuatro
años en el sufrimiento. Finalmente el coche se detiene unos cuantos metros mas
adelante y la puerta se abre. Lo primero que reconoce es el color rojo del
cabello que se ondea en el viento que lentamente se torna más cálido. Luego se
encuentra con unos ojos verdes esmeralda y una sonrisa en el rostro que tanto
amo. Ella se encuentra vestida de rojo intenso y le extiende la mano.
-Ámame - Le dice en
una suave voz que va acompañada de un eco. El se libera de aquella mirada
seductora y observa los pedazos de hielo
roto en la arena que antes representaban a Luciana y que lentamente se derriten para fundirse en el agua del mar.
-Por favor Gerard.
Te necesito- Le suplica ella desde el coche. El duda por un segundo, sin saber
si debe ir a ella o recoger los pedazos que se derriten en un calor que cada vez se torna
más abrazador. Finalmente inicia su camino hacia el coche y la abraza fuertemente inhalando el olor de
miel característico de Abigail y un nuevo olor a coco que nunca antes le había
sentido. La suelta para observarla
detenidamente y se reconforta en la
mirada dulce que le ofrecen los ojos verdes. Ella extiende una rosa blanca para
rozarle la mejilla y el cierra los ojos para disfrutar de la caricia. Pero de
repente sus brazos pierden el soporte y al abrirlos ella a desaparecido y solo encuentra su
vestido derramado en la arena.
Busca
desesperadamente a su alrededor pero no
puede encontrarla y su entorno va cambiando para finalmente convertirse en una
fría y lúgubre calle de Marsella.
-¡Nooooo!- Comienza
a gritar desesperado, con un sentimiento de desolación soledad que lo consume.
Se agarra la cabeza entre las manos y sus gritos se confunden con los de una voz que lo llama. Finalmente abre los ojos y se encuentra con
Cedric que lo sacude fuertemente en la cama.
-¡Gerard!- Le
grita.
- ¿Donde están?-
Susurra aun con terror y con gotas de sudor arrastrándosele por el rostro. Su
corazón palpita fuertemente y la falta de aire ahoga sus palabras.
-¿Quienes?-
Pregunta Cedric alarmado mirando alrededor. Al llegar a la puerta de
la habitación escucho los gritos de Gerard
e irrumpió rápidamente al cuarto. Cree que si fue lastimado el atacante aun se encuentra
escondido.
-¡Desaparecieron!-
-¿Quienes Gerard?-
Insiste desenvainando un cuchillo de un calcetines y preparándose para atacar.
-Luciana y
Abigail- Exclama sentándose rápidamente
y explorando el entorno para darse cuenta que se encuentra en su habitación.
Cedric suelta un suspiro cansado y vuelve a guardar el cuchillo.
-Gerard, era solo
una pesadilla-
-¡Merde*, fue
horrible!-
-Puedo imaginarlo.
Reunir a las dos mujeres que amas en un solo sueño no debe ser nada
placentero.- Trata de burlarse para sacarlo de la agonía. – ¿Se peleaban con uñas y dientes por ti?-
Agrega sentándose en la cama frente a él.
-No seas idiota
Cedric. No es gracioso- Gerard se seca el sudor con la mano y se extiende para
tomar un vaso y servirse agua de la jarra que encuentra en la mesa.
-Lo lamento amigo.
Dime que soñabas-
-No logro
entenderlo-
-Tan solo dime que
recuerdas-
-¿Acaso te volviste
interprete de sueños?- Refunfuña por la ayuda absurda que su amigo intenta
ofrecerle.
-Claro que no, pero
tal vez hablando te liberes de la angustia y tengas sueños mas placenteros-
exclama mientras se acuesta en la cama y se toma la entrepierna con las manos
haciendo referencia a los sueños. Gerard
suelta un suspiro de resignación y comienza a contarle detalladamente su
pesadilla. Cedric lo escucha pacientemente y hace pequeños gestos reprochando
relatos de la pesadilla. Cuando Gerard termina el relato visiblemente agobiado
Cedric se sienta y lo reprende.
-No es necesario
ser un genio para interpretar tus
sueños. Ya te lo dije y te lo vuelvo a decir…… No permitas que el fantasma de
Abigail interfiera en tu futuro con Luciana, debes dejar ir su recuerdo de una
vez por todas. No te sabotees mas amigo y se feliz con esa chica-
-Lo se Cedric, y
estoy dispuesto a emprender un futuro con Luciana si ella me acepta, pero me es
imposible borrar definitivamente de la memoria a Abigail-
Cedric estrecha los
ojos hacia él y niega con la cabeza incapaz de
decir algo más. Sabe que tratar de razonar con su terco amigo es
imposible y se calla solo porque cree que eventualmente puede olvidar a Abigail
fundiéndose en los brazos e Luciana. Toma una profunda respiración y cambia de
tema.
-Mejor levántate y
haz algo productivo. Despiértame a las
tres de la tarde porque debemos reunirnos con el arquitecto-
-¿Quien es, y de
donde lo sacaste?-
-Me lo recomendó el
idiota del banco. Se Llama Amaury Barón y es un español recién llegado a esta
ciudad-
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Cuando Luciana y Scarlet se despiertan inician su
rutina sumergidas de nuevo en el
silencio y la angustia por los hechos de a noche anterior. Scarlet pasa el
resto de la tarde organizando los arreglos que Luciana debe entregar al día
siguiente teniendo especial cuidado y mayor estética con los que serán
entregados para el burdel. Sabe que deben dar una buena impresión al nuevo
cliente para no perderlo. Mientras tanto en la cocina el resto de mujeres
realizan el inventario de los suministros necesarios para una semana más. Atita
hace la lista de alimentos indispensables, Maya la de los ingredientes para el
remedio de Scarlet y Luciana la de los
materiales necesarios para iniciar la restauración.
Mientras tanto al
otro lado de la ciudad Gerard y Cedric
esperan en la puerta de su nueva casa al arquitecto. Cuando ven a Amaury bajarse de un coche negro
y caminando hacia ellos con arrogancia deducen que es él. Cedric se burla a la distancia de los ridículos bigotes ensortijados pero
Gerard no puede compartir su diversión. Cree haberlo visto antes y algo en la mirada de ese hombre le
genera desconfianza.
Cuando se presentan, Gerard no soporta la energía oscura proveniente de Amaury y se excusa, alegando
asuntos de vital importancia que debe atender,
dándole toda la libertad a Cedric para que decida que hacer en la casa.
Sale
apresuradamente a la calle confundido por el recelo que le producía Amaury,
pero rápidamente Cedric lo alcanza.
-¿Qué sucede?-
Pregunta evaluándole el rostro. - ¿A donde vas?- Agrega preocupado.
-No me agrada ese
hombre y prefiero permanecer alejado. Encárgate tú-
-¿No te agrada?
¿Acaso ya sabes cuanto dinero cobra por su trabajo el muy bastardo?- Se queja
recordando el valor aproximado que le
dio Amaury el día antes.
-No es eso…. Solo
que hay algo en el que me disgusta. Su actitud arrogante y cínica no me agrada-
-Esta bien. Déjame
a los bastardos que yo se como tratarlos. Tampoco me agrada pero lo tolero mas
que tu-
-Gracias- se
despide y se encamina a la playa donde encontró por primera vez a su diosa de
Agua y donde soñó perderla la noche anterior.
Pasa el resto de la
tarde en la playa lanzándole piedras al mar y tratando de poner en orden sus
ideas y deseos con respecto a Luciana. Pensando si es una buena idea contarle
sobre su pasado el cual incluye el amor que aun sentía por Abigail. No sabe si
debe enfrentarla con un amor fantasma.
Tal vez ella luche con ese recuerdo para sacárselo de la mente y no esta seguro
aun si desea olvidar por completo a Abigail. Cuando llega el anochecer, se
sorprende al ver una luna llena gigante que resalta en un hermoso cielo
estrellado.
-Llévale mis
saludos a Luciana señora luna y dile que mañana la esperare en el mercado-
Susurra como quien le pide un favor a una vieja amiga, y justo en ese instante
Luciana se siente atraída por un resplandor en el cielo. Observa la luna y sin saber
por que esboza una sonrisa y piensa en Gerard.
Cuando las campanas
de la iglesia anuncian la misa de las siete de la mañana, Gerard va al burdel y
arrastra a Cedric hasta el mercado en donde se supone debe esperar a Luciana.
Cedric se queja alegando que el encuentro se programo para las nueve, pero
Gerard no esta dispuesto a perder un solo minuto. Piensa que ella podría llegar temprano para
repartir las flores a otros clientes, y el debe estar hay cuando ella
llegue. Mientras tanto Luciana prepara
la carreta ayudada por Scarlet y Tiberio. A diferencia del día anterior se
siente renovada y llena de alegría. Aun no esta segura si debe volver a la casa
de Petra donde probablemente encontraría a Gerard, pero cuando tiberio le
pregunta si debe montar el arreglo de flores para ella acepta que lo cargue en
la carreta.
Salen hacia la
iglesia y dejan los primeros arreglos
justo cuando termina la misa de las
siete. Tiberio inicia su camino hacia
las casas de las familias mas pudientes de la ciudad y se sorprende al verle a
Luciana una sonría amplia y fresca. Muy poco común en sus recorridos.
Cuando llegan a la
plaza de mercado Luciana se siente cohibida por el encuentro con alguno de los empleados del burdel, pero
se siente mas cómoda que cuando tenia que esperar afuera mientras Tiberio hacia
la entrega. Se baja de la carreta y
comienza a organizar los arreglos para el burdel mientras se siente
extrañamente observada. Gira haca su
derecha y se encuentra con unos ojos familiares.
-Buenos días
Luciana- La saluda Cedric haciendo una leve reverencia mientras se levanta el
sombrero.
-Buenos días - Responde Luciana con una sonrisa y haciendo
una venia con su vestido. Le agrada
Cedric a pesar de su oficio y esta complacida de que sea el quien recoja las
flores.- Veo que sus funciones no son solo administrativas, también le toca de
mandadero- Agrega con un tono de burla
que hace que Cedric rompa en una carcajada.
-La verdad Luciana,
hoy me encuentro aquí para
realizar la función de cupido- contesta cuando deja de reír. Luciana estrecha
los ojos hacia el sin entender sus palabras.
-¿Cupido?- Pregunta
confundida.
-Así es. Afortunadamente
puedo usar ropa y no necesito un arco y flecha-
contesta serio evaluando su reacción a la broma, pero para su
tranquilidad, Luciana comienza a reír al imaginarlo en el atuendo
característico de Cupido.
-¿Y a quien piensa
ayudar en el amor?- Pregunta Luciana tratando de contener la risa.
- ¡A mi!- Le
responde detrás de ella una voz que le susurra
al oído. Ella se gira inmediatamente al reconocerla y su corazón se le
quiere salir del pecho cuando ve a Gerard. Él permanece inmóvil y nervioso frente a Luciana esperando su reacción, y su
angustia se desvanece cuando ella lentamente le regala una sonrisa.
*Wanülüü: significa demonio en la lengua Wayu.
*Merde: Significa mierda en frances
ME ENCANTA... ME ENCANTA.... ME.ENCANTA..... Y A ESE TAL ARQUITECTITO LO.ODIO!!!!!! AMUGA MIA COMO TE EXTRAÑE Y NO ES EXAGERACION... TKM
ResponderBorrarQue te puedo decir , ME ENCANTA!!!
ResponderBorrarAhhhhh pero realmente Gerard esta loquito x Luciana...
Realmente valio la pena la espera
Los dos capitulos estubieron fabulosos..
Saludos amiga :-* :D
xd me gusta mucho la historia un abrazo
ResponderBorrarcerdric vestido de cupido jajajjaja me encantaron los dos capitulos muy buenos como siempre se te extraño pero ya estas de vuelta espero todo esta bien un beso y espero el proximo con muchas ganas de leer mas
ResponderBorrarooooooooohhhhhhhhhhh
ResponderBorrarcedric !!!!!!!!!!
me encanta !!!
y luciana y gerard son para decir... AAwwww *.*
quiero mas !!!!!!!!!!!!!!!