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domingo, 17 de agosto de 2014

CAPITULO 19


En esta ocasión Gerard se siente un poco cohibido a diferencia de su primer encuentro en similares condiciones. Ahora Luciana no es una mujer misteriosa. Es la mujer que logró despertar en él un sentimiento que creía muerto desde el dia que abandono Paris, y por lo tanto le debía respeto. Por su parte Luciana continuaba paralizada en su lugar  contemplando la generosidad que la naturaleza le ha otorgado al escultural cuerpo de Gerard. Aunque conoce a la perfección la anatomía masculina por su profesión, el espectáculo que sus ojos presenciaban le secaba la garganta y la remontaban a su sueño obsceno al contemplar en vivo al mismisimo protagonista.  Él,  al ver su  asombro y como ella trata de pasar saliva a través de su garganta, se deshace de la timidez  disfrutando la mirada  significativa que Luciana le da a su virilidad, y  rompe el silencio con una broma.

-Ese mi mejor amigo, ¡pero creo que ya lo conocías!- dice con la endemoniada sonrisa que lo caracteriza. Luciana reacciona por fin y se gira envuelta un calor sofocante, provocado más por el deseo y recuerdo que por la vergüenza de la intrusión.

-Lo lamento. Pensé que estaba dormido- Responde con la voz chillona y entrecortada. Piensa en salir corriendo nuevamente pero sabe que sus piernas temblorosas no la llevarían demasiado lejos. Además, algo en las inmediaciones de su abdomen y su intimidad le pide que se gire nuevamente o como mínimo que permanezca en el lugar.

Gerard no puede evitar la ironía de la situación y al mirar a su creciente virilidad tomar presencia en la conversación  le suelta la segunda broma para relajar a Luciana de su tensión.  – Lo estaba. Pero llegaste y me despertaste nuevamente-

Ella  suelta un resoplo para liberarse del bochorno  al comprender a lo que se refiere Gerard. Inhala profundamente para refrescarse y tomar valor para hablar, pero sobre todo para huir.

-¡Mejor me voy!-

-¡No!, espera me pondré algo- Responde apresurado estirándose para tomar el pantalón, ya que no quería incomodarla a tal punto que decidiera irse. –Perdóname si te ofendí- Agrega subiéndose los pantalones tan rápido como puede, pero la humedad en el cuerpo no es muy buena aliada para permitir que la  tela se resbale con suavidad a través de su piel.

-No lo hiciste, pero mejor te espero en la sala-

- ¡Ya tengo el pantalón puesto!- exclama Gerard abotonándose el pantalón y buscando con la mirada la camisa que se encuentra colgada en el  perchero que esta junto a la puerta pero que él no logra encontrar. No quiere que ella salga de la habitación, ya que probablemente no se detenga solo en la sala.  Quiere aprovechar la oportunidad de verla en un dia que no pensaba que podría ser posible. Ella se gira un cuarto de vuelta con la mirada baja sin el valor de confirmar la afirmación de Gerard, pero con el rabillo del ojo logra ver su pantalón por encima de sus pies desnudos.




-Tan solo venia para despedirme. Me tengo que Ir-  Murmura suavemente  Luciana sin terminar de sentirse cómoda para dar una explicación de su partida, pero rápidamente es alcanzada por Gerard que olvida la camisa cuando su corazón le retumba fuertemente en el pecho por el temor que le generan las palabras de que ella le acaba de pronunciar. No concibe la idea de perderla  cuando recién la ha encontrado.

-¡Irte!  ¿Qué quieres decir?- Le pregunta sosteniéndola de los brazos frente a él y con la mirada suplicante de una explicación. Luciana consternada por aquella reacción  e invadida por la certeza de un amor le acaricia la mejilla para tranquilizarlo. –Tan solo viajare a la capital por algunos días, tengo que atender unos asuntos familiares-

Gerard deja salir un fuerte suspiro de alivio y descansa su frente en la de Luciana.  El temor de pensar que ella renunciaba a su relación lo deja por un segundo sin fuerzas y lentamente se repone con la caricia de Luciana en su rostro. –Creí que me dejarías. Que no estabas dispuesta a amarme- Le  susurra explicándole su miedo.

-¿Por qué crees que haría algo como eso?- Le pregunta confundida tomando su cara con ambas manos y buscando su mirada. -¿Acaso no sientes mi amor por ti?-

Gerard le sostiene la mirada sin saber si es adecuado darle la explicación y contarle como fue advertido por Petra, el doctor Almenares y la mismísima Abril sobre la reticencia de ella para enamorarse. Como si el amor fuera para ella un obstáculo en su vida.

-Claro que lo siento. Solo tengo miedo de perderte- Se limita a responder vaciando con su mirada todo el amor que ella logro encender en  él. – Parece que eres una chica difícil- Agrega con una sonrisa triste.

Luciana le regala una sonrisa compasiva imaginando la causa de su temor. Piensa que probablemente él ha sido advertido sobre la “fóbica al amor” como algunas personas  la llaman. Solo espera que quienes lo hayan hecho no utilizaran aquella expresión. – Pues felicitaciones señor, tiene entre sus brazos a la chica más difícil de esta ciudad- Agrega rodeándole el cuello con los brazos.

Gerard  sonríe y asiente suavemente como agradeciendo por la felicitación. – Muchas gracias señorita, pero en mi país las felicitaciones se acompañan de un beso-  Agrega levantando u ceja de manera picara. Luciana se burla de él soltándolo y escapándose de su agarre.- Entonces es una fortuna que no estemos en su país, porque en este  las palabras son suficientes- Responde agitando su mano fingiendo desdén.

Gerard  niega con la cabeza, pero complacido por el ingenio de su chica sonríe y le da una sugerencia con voz muy sugestiva, respaldada por ese acento francés que hace que las sensaciones que ella percibió al verlo desnudo se intensifiquen. – Es bueno aprender nuevas costumbres. Más aun de un país que piensas visitar-  Responde mientras da un paso hacia ella.

Luciana comienza a caminar en sentido contrario para alejarse sin darse cuenta que se adentra más en la habitación, ya que sus ojos se encuentran clavados en los de él. –Usted lo ha dicho señor. El que piense visitarlo no significa que pueda hacerse realidad- Responde aun con fingido desdén, pero con una suavidad en la voz que ella misma desconoce. La voz de una mujer que inicia un juego de seducción.

-Yo podría llevarte-

-¿Y por qué haría algo como eso?-

-Creo que en este mismo momento haría lo que fuera por un beso suyo- Responde justo cuando  Luciana logra interponer entre ambos una silla.  Ella sonríe y  expone de manera significativa su labio inferior mientras  levanta una ceja. Como quien se apodera de alguna información privilegiada.

- Es bueno saber que tengo tanto poder. Podría aprovecharme de usted señor-

-Nada me haría más feliz señorita- La endemoniada sonrisa vuelve a aparecer en el rostro de Gerard y Luciana tiene que  reunir toda su fuerza para que su cerebro logre formular una respuesta a tan sugerente idea.

-No soy muy buena aprovechándome de alguien. Nunca antes lo hice-  las palabras de Luciana suenan más serias dándole la importancia al verdadero significado de estas en el trasfondo de la conversación. Gerard entiende lo que ella trata de transmitirle  y aunque  en realidad nunca pensó que una mujer se debería valorar por su virginidad, agradece infinitamente saber que tan bella obra de la naturaleza continua inexplorada.

-No me importaría no ser el primero, pero espero que sea la última persona de la cual se aprovecha señorita-  Sus ojos y sus palabras transmiten una súplica amorosa tan dulce que Luciana  no puede evitar sonreír aliviada. Gerard la alcanza y le toma las manos.

*-Merci pour donner de l'amour. Je t'aime Luciana- Susurra suavemente.

Luciana cree reconocer dos palabras importantes en aquella frase, pero  antes de poder preguntar su significado, siente sobre sus labios la tibieza del aliento de Gerard que  detiene a milímetros de su boca la de él, esperando la autorización para un beso.  Ella agradecida por el respeto que le demuestra al esperar un  consentimiento le pide un último favor antes de entregarse a la miel del deseo envolviéndole el cuello con los brazos.

-Por favor enséñame Francés-


Se funden en un abrazo mientras sus bocas inician la danza de lenguas con roces suaves y succiones leves de labios. Se exploran sin prisa y sin recelo de ser descubiertos. Entregados a  la necesidad de fortalecer su amor con las caricias que solo las bocas expresan. La humedad del pecho de Gerard y las gotas que aun descienden de su pelo, mueren en la suave y delicada tela del vestido de Luciana evidenciando la falta de un corsé, ya que sus pezones señalan su excitación.

Gerard que en toda la mañana no pudo aplacar el deseo, siente como de nuevo este se apodera de él.  Lleva su mano hasta el cuello de Luciana y suavemente la desliza por su pecho hasta llegar a su turgente seno.  Ella da un respingo sorprendida y  detiene el beso. Lo mira asustada con la mente nublada por primitivos deseos y negaciones. El comprende su temor y le besa la nariz.

-Somos nosotros mi diosa. Pero solo te hare mía si tú lo deseas-

-Tengo miedo-

-Lo entiendo- Susurra suavemente casi resignado a una negación, pero alimentado por la cercanía y el aroma a fruta y miel que emana del cuerpo de Luciana.

-¿Me amas?- Pregunta ella para asegurarse de haber entendido algo de aquellas palabras. Pero principalmente para poder validar la  entrega de su cuerpo y de su amor.

-Creo que desde que te vi en la playa. ¿Y tú?-

-Te odie-

-¿Me odiaste?-

-Sí, porque en el fondo sabía que me harías amarte- Responde en un quejido y se entrega nuevamente a los brazos de Gerard que la sostienen con mayor fuerza mientras sus bocas le dan el rienda suelta al amor,  y al inicio de un siempre.

Gerard la levanta  y la lleva a la cama cuidando de no descargar en ella todo el peso de su cuerpo. Desea asegurarse que todas las sensaciones  sean para ella  gratificantes, pero sobre todo  para que ninguna incomodidad se aloje en el recuerdo tan sagrado en el que se convierte la primera vez.  Luciana se olvida de la razón y permanece inmóvil permitiendo que el deseo materialice el amor que siente por Gerard, dejando que con sus labios, él le recorra el cuello mientras con una de sus manos libres desliza una manga de su hombro liberando un seno del vestido.  Gerard llega hasta el y con una suave lamida a su pezón  envía a Luciana a un nuevo mundo de sensaciones gratificantes.



Ella invadida de placer toma entre sus manos la cabeza de Gerard y lo dirige hasta su otro seno, ansioso de tan sublimes atenciones. Él se relaja aún más, complacido por la entrega irreversible de Luciana y lo acaricia con su boca, fortaleciéndole la excitación  con un suave mordisco a lo que ella responde con un quejido de satisfacción que se convierte en música en los oídos de Gerard. Luego Se aventura a  acariciarle las piernas subiéndole el vestido, y es sorprendido por la impetuosidad de Luciana que en un ágil movimiento lo empuja de la cama mientras se deshace de su vestido  rodándolo por su cabeza. Gerard observa sentado desde el suelo con gran fascinación  los senos libres de Luciana que se encuentra sentada sobre la cama mientras lo observa con el rostro sonrojado y la respiración agitada. Le regala una sonrisa tímidamente culpable y le extiende la mano para invitarlo a subir nuevamente, Él la toma besándole el dorso y luego la palma, subiendo con suaves besos por su brazo mientras escala nuevamente en la cama. Luciana se recuesta de nuevo ansiosa de  seguir experimentando las reacciones de su cuerpo.  Gerard se concentra una vez más en saborear sus senos  mientras que ella le acaricia la espalda. El responde con un quejido que limita entre el placer y el tormento, ya que es la primera vez en cuatro años que se permite la caricia de una mujer diferente a Abigail, y se sorprende de saber que su recuerdo no es un impedimento para seguir amando a su bella diosa.

Se desliza con su boca por el abdomen de Luciana  hasta llegar al ombligo donde su lengua juega con el, enviándole un mensaje subliminal a su entrepierna  con dicho estimulo. Ella lucha con la vergüenza y el deseo mientras Gerard le retira las sencillas pantis blancas de algodón que cubre más de lo necesario.  Él le ancla los ojos mórbidamente y se humedece el labio inferior deseando besarla y prepárala para su intrusión en tan majestuosa virtud, mientras ella abre sus mulos acoplándose naturalmente para recibir el placer  de boca de Gerard.

El  toma una de sus piernas y la coloca sobre su hombro y entre besos ascendentes le susurra suaves palabras que son indescifrables para el sofocado cerebro de Luciana.

*- vous. Êtes. Une. déesse. Une. Belle. femme.-


Luego se sumerge en su candor inmaculado donde su lengua y labios son los invitados a un clítoris anfitrión. Ella se retuerce de placer pero sus ojos continúan enfocados en ese rostro pleno que se pierde en el paraíso de su intimidad y entre abre la boca  como si una extensión de ese beso se congelara en sus labios.

Sus manos libres y diestras se encargan de sus senos, apretándolos suavemente mientras se va perdiendo en enmarañadas sensaciones. Gerard saborea su candidez mientras  observa con admiración la sensualidad con la que Luciana se derrite en su boca. Esta más que listo para introducirse en ella  y marcarla como suya,  pero espera el momento adecuado y con una mano comienza a deshacerse del pantalón.  

Luciana se enciende cada vez más. Sus manos aferradas  a la sabana como quien se aferra a la vida, se preparan para ser el soporte de ese eclipse de satisfacion que comienza a formarse en su interior, hasta que Gerard con un fino  movimiento de su lengua,  la hace estallar en placer y feminidad.

Aprovecha que ella  todavía está perdida en la sensación para introducirse con determinación. Luciana apenas logra sentir algo de incomodidad ya que su  placer pulsante aun no la abandona. Él le toma el rostro entre sus manos para observarla.

-¿Estas bien?- susurra con la voz agitada.

-Mucho- Responde ella  igualmente agitada pero con una sonrisa.

Gerard cierra los ojos complacido y se concentra en sacar lo mejor de él sin lastimarla. Inicia empujando suavemente en su interior sin deslizarse fuera de ella. Esperando que se acostumbre a su presencia, pero también  lo hace para  comprimir su clítoris con el pubis y llenarla de deseo nuevamente. Luciana se hace consiente del dolor cuando su clítoris se relaja.  Pero a medida que él se mueve con suavidad,  experimenta una vez más el deseo que choca contra ella. Lo abraza con las piernas impulsándolo para que se estrelle con ese pequeño punto al que ella le restó importancia pero que él había convertido en el más satisfactorio. Ambos luchan para evitar que el dolor se adueñe de la escena, y lo logran cuando Luciana comienza a tensionarse reconociendo el inminente estallido. Gerard se acelera perdido en deseo cuando ella  gime de placer y con el último destello de razón sale de su interior para estrellarse con su pene en el clítoris y derramarse en el  pubis de Luciana.

Ambos descienden de su Nirvana pero permanecen fundidos en un abrazo enmarañado de manos y piernas. Se contemplan mientras tratan  de llevar suficiente aire a sus pulmones y se reconocen en la mirada la felicidad de la primera vez.




*Merci pour Donner de l'amour. Je t'aime Luciana:  Gracias por devolverme el amor. te amo Luciana.


*vous êtes une déesse. une belle femme : Usted es una diosa. Una hermosa mujer.


 


NOTA DEL AUTOR

Gracias por leer esta historia a la cual le entregare mi corazón como a un  primer hijo. Igualmente agradezco sus comentarios ya que son el combustible que me empuja a continuar con esta creación.
 







3 comentarios:

  1. Oh por duos oh por dios.... Q hermosa entrega... Te superas a ti.misma amiga.. Creo q de todas las primeras veces q he leido eata me ha dejado marcada. Felicitaciones amiga y con ansias espero el sig capitulo ya lo sabes. Te quiero....
    <3 Team Gerald <3

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  2. Hola querida Farley!!!! que ALEGRIA volverte a leer, no sabes cuánto te he esperado, me dejaste comiendo ansias, y hoy que te reencuentro me he leído los 3 capítulos de una sóla vez, y la verdad es que te has SUPERADO!!!! este último capítulo fue ESPECTACULAR!!!!! me SUPERENCANTO!!!! fue bello, que bien escribes amiga, me encanta tu historia y cada vez se pone mejor. Lamento mucho tu pérdida, pero que bueno que seguiste escribiendo, porque esto te distrae de la mejor manera que es escribir, y aunque el dolor de la misma no desaparece por completo, te distrae por lo menos, así que ANIMO AMIGA!!!! nosotras tus lectoras fieles estamos contigo, y te esperamos cada semana. Un fuerte abrazo.

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  3. creo que tu descripcion de la entrega es muy hermosa de verda te felicito
    es perfecta hay tanto amor y tanta entregay cuidado de parte de el que es inegable enamorarce de el y descear que esten juntos para siempre un beso

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