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domingo, 30 de marzo de 2014

CAPITULO 13




Luciana se queda inmóvil y con un suspiro asimila que ha perdido la guerra y que su corazón expuesto ha sido conquistado por Gerard.  Sabe que ha dado una buena batalla para soportar los cañonazos del amor, pero su muralla fue derribada si dejar piedra sobre piedra con aquellas palabras.

Durante años había esquivado inteligentemente a  hombres  insistentes que utilizaban bellos poemas de amor y frases exageradamente halagadoras, que tan solo la exasperaban al rayar con lo ridículo. Se sabía de memoria el soneto de  amor “El ruego encarecido” de Juan Meléndez de Valdez de tantas veces que se lo habían recitado o leído en cartas.  Había rechazado a los hombres más poderosos e influyentes, y jóvenes  con un futuro promisorio que las otras mujeres de la ciudad anhelaban, haciendo enloquecer a su madre por la manera en que los repudiaba. Llego a saber que algunos años atrás se jugaba entre los prospectos una apuesta para conquistar su corazón,  y sabía perfectamente que uno de los jóvenes que más sufrió por su belleza y rechazo tuvo que ser llevado a otra ciudad para evitar que enloqueciera de amor. Había soportado valientemente los insultos cuando se rumoraba su preferencia por mujeres y hasta una supuesta condición de vampira que evitaba a los hombres para no descubrirse como la mujer fría que era.  Su fortaleza la había protegido de todas esas arremetidas pero finalmente había sucumbido ante el poder de un hombre  joven del viejo mundo y de sonrisa perfecta.

Gerard aprovecha que tiene la guardia baja y se acerca a ella como un depredador  que tiene a su presa acorralada.   Memoriza cada uno de sus hermosos rasgos y los deposita en un lugar privilegiado de su mente, teniendo preferencia por sus voluptuosos labios. Desea que la imagen de Luciana lo acompañe cada segundo que no esté con ella. Nuevamente envuelve el brazo en la cintura de su presa aproximándola lo más cerca de él, mientras que ella lo observa fijamente a los ojos como una serpiente bajo el hipnotismo de su encantador. Él le acaricia la mejilla con la yema de los dedos confirmando la tersura de aquella piel de  porcelana, luego los desliza hasta su boca delineándole los labios  carnosos y suaves. Baja ligeramente la cabeza direccionando su boca a la de Luciana pero deteniéndose a tan solo centímetros como quien pide permiso. Ella se rinde ante la proximidad de Gerard, pero sobre todo, a la sensación de seguridad que le ofrecen sus brazos. Estaba acostumbrada a proteger, pero por primera vez en su vida sentía que era ella la protegida. Levanta la cabeza y  cierra los ojos para encontrarse con la boca de que la espera ansiosa.

Insegura de como desenvolverse en su primer beso, permanece con los labios entreabiertos dejando un pequeño espacio entre ellos, permitiendo la entrada de aire a sus pulmones para no morir sofocada  por el calor y el fuerte abrazo de Gerard. El deposita ligeramente sus labios en los de ella en un acople perfecto, rozándolos suavemente de un lado al otro causando un fuerte cosquilleo en ambos,  que se les extiende desde los labios  al resto del cuerpo.  Finalmente se detiene en la comisura derecha de su boca depositando un casto beso e invocando con un  ronroneo su nombre.

-Luciana……Luciana-

Ella solo deja escapar un gemido   y lucha por no desvanecerse bajo las nuevas sensaciones que su cuerpo experimenta. Gerard al notar su debilidad  la estrecha más hacia él sosteniéndola con ambos brazos.  Centra sus labios en los de ella y le da rienda suelta a un beso  suave y tierno desprendiéndose de un pasado tormentoso mientras que ella se desprende de sus prejuicios. Él adquiere  la consciencia  de que el destino lo llevo hasta ella para curar su corazón, y ella de que él fue creado para poner a funcionar el suyo. Sus bocas se alimentan de ese mágico momento y con sus lenguas atan el lazo del amor que los uniría desde ese dia.

 Separan ligeramente sus labios para llevar un poco de aire a sus pulmones, Gerard apoya la frente en la de Luciana y le susurra su fanatismo.

-Te necesito Luciana. Nunca más te alejes de mí-

Pera antes de que Luciana pueda entregar su respuesta los sentidos vuelven de nuevo a ellos para advertirles sobre el sonido de una puerta que se abre. Él la libera justo en el momento que el doctor Almenares sale de su consultorio.

-Doctor Decout y señorita Lemeitre- Exclama con recelo en la mirada.- ¿Ya terminaron el recorrido y las instrucciones?- Pregunta evaluando los rostros de los sorprendidos enamorados.

- No señor- Responde Luciana con la voz entrecortada tratando de disimular el nerviosismo que le genera la mirada especulativa del doctor.- Aun falta mostrarle los pabellones de los adultos y algunas áreas de menor importancia como el cuarto de limpieza. Pero ya conoce su consultorio y la mayoría de tareas-  Agrega fijando la mirada en el piso para evitar sentir mayor vergüenza. Gerard tan solo se queda observando a Luciana aun perdido en el momento y absorbiendo la felicidad que su encuentro le genera.

-Está bien- Asiente y luego se dirige a Gerard que tiene que agitar un poco la cabeza para sacudir sus pensamientos y concentrarse en el pedido del doctor Almenares. –Acompáñeme doctor Decout, quisiera presentarle a sus colegas- Agrega  invitándolo a seguir al consultorio. Luciana  murmura un permiso y  se gira para salir tan rápido como el vestido le permite, mientras que Gerard observa de reojo como se aleja por el pasillo. Ingresa al consultorio y solo en ese momento  los sentimientos felices son remplazados por la preocupación al no ver ninguna persona más en la habiacion. Sabe que el encuentro con Luciana fue fácilmente percibido por su nuevo  tutor.




Ambos toman asiento en el escritorio y Gerard se prepara para ser despedido en su primer día, más preocupado por el futuro de Luciana que el propio. El doctor se sienta y coloca ambas palmas sobre la mesa y se inclina hacia Gerard con mirada inquisitiva pero amistosa.

-¿Cómo estuvo su recorrido por el hospital?-

-Muy bien, es un lugar pequeño comparado con los hospitales de Francia. Pero se nota que ha sido administrado eficientemente- Responde buscando que el halago borre la suspicacia en el rostro del doctor Almenares.

-¿Y cómo le fue con la señorita Lemaitre?- Pregunta inclinando la cabeza hacia un lado.

-Creo que bien- Responde  acomodándose de nuevo en su silla. Sabe que no pudo haber visto el beso, pero sí pudo haber notado que algo pasaba entre ellos, y trata de justificar su cercanía para evitar alguna represaría contra Luciana.   –Me acerque a ella para revisarla y cerciórame de que no padeciera algún resfriado. Pero creo que está en perfectas condiciones- Exclama tratando de parecer indiferente y enfatizando en la palabra “revisarla”.

El doctor Almenares lo mira fijamente como esperando algo más en la explicación de Gerard, pero cuando se da cuenta de la actitud impasible  que adopta, sabe que no le revelara lo que para él es obvio.

-Déjeme advertirle algo doctor Decout-  Exclama luego de una respiración profunda como para darse fuerzas y dejar salir las palabras. Se apoya en el respaldar de la silla, mientras que Gerard se tensiona por la reprimenda.

-Muchos han intentado revisar a Luciana. Pero todos han fallado estrepitosamente- Murmura en tono preocupado, enfatizando la misma palabra que Gerard. –  Algunos no podrían vivir sin amor y en eso me incluyo, pero ella pareciera que le temiera más que a la propia muerte- Agrega con tristeza.

Gerard frunce el ceño confundido al darse cuenta que no es una amenaza para evitar lastimar a Luciana. Es un consejo para  evitar salir lastimado.  Por su mente pasan un sinfín de ideas buscando una explicación hasta que una de ellas parece ser la más probable.

-¿Está enferma?- Pregunta llevándose  vagamente la mano a la cabeza haciendo referencia a la locura. Conoce muy poco a su diosa de agua, y la ternura y altanería intermitentes que ha podido percibir en ella podrían ser síntomas de una enfermedad mental.  Su corazón galopa como caballo desbocado  ante la posibilidad de haberse enamorado de una psiquiátrica, pero su tortura se acaba con la risa burlona del doctor Almenares.

-¡Claro que no hijo!- A asegura categóricamente. – Luciana es la segunda mujer más cuerda e inteligente que conozco-

Gerard suelta un suspiro de alivio y se llena de orgullo al saber que su diosa esta en tan buen concepto en el respetable  doctor Almenares, pero continua tensionado por el consejo. Observa al doctor buscando más información para ordenas sus ideas.

-¿Me quiere decir que ella nunca ha tenido pretendientes?- Pregunta incrédulo. Luciana es una mujer hermosa, y por valoración del mismo doctor es inteligente y no está loca.

-Luciana es la enfermedad en si misma- Agrega con tono serio  aclarándole a Gerard el panorama-  Ataca el corazón y los dolientes sufren terribles fiebres de amor-

-Gracias doctor por el consejo, pero no creo que ella pueda matarme. Estoy seguro de que ambos sufrimos la misma dolencia-

-Eso espero Gerard, no me gustaría dejar morir un médico de su talla a manos de una hermosa enfermera como la señorita Lemaitre- 

-Gracias doctor por el consejo y espero no le incomode que yo corteje a Luciana. Estoy muy interesado en ella y mis intenciones son honorables-

- Me parece bien, ahora que el asunto queda claro concentremos en los asuntos médicos-  Murmura levantándose de la silla y encaminándose a la puerta. –Acompáñeme y conozca a sus colegas-   

Gerard se levanta y lo sigue tranquilo al obtener el consentimiento del jefe del hospital. Pero una duda lo asalta y la curiosidad le pica.

-Si Luciana es la segunda mujer más cuerda e inteligente que conoce. ¿Me podría decir quién es la primera?-

El doctor Almenares lo observa y con una risa burlona le da la respuesta.

-¡Pues mi mujer doctor Decout, pero ella no puede saberlo!- Contesta  y ambos ríen con la broma a cuenta de la señora Almenares.



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Luego de dejar a Gerard en el consultorio, Luciana corre al cuarto de limpieza donde los instrumentos utilizados en la cirugía la esperan para ser limpiados.   Se encierra  angustiada por las consecuencias de aquella muestra de amor a la vista del doctor Almenares, pero el sentimiento que domina su pecho es la felicidad.  Se toca los labios recordando el beso y cierra los ojos para magnificar la sensación mientras se recuesta en la puerta. Siempre había visto ese símbolo de afecto como algo engorroso y hasta poco higiénico, pero por fin entendía las maravillas  que producía.  No estaba segura de haber respondido adecuadamente, lo único de lo que estaba segura,  era que quería repetir aquella sensación en los labios mientras era rodeada por los brazos de Gerard.  Un leve empujón en la puerta la tira hacia adelante y  la saca de  su ensueño. Toma el domo de la puerta y la abre dejando entrar a Abril con una bandeja llena de instrumentos aun sucios.

-Sería muy bueno que me ayudaras Luciana. El que estés perdidamente enamorada no te libera de tus obligaciones- Declara burlona mientras deposita la bandeja sobre la mesa.

-No seas ridícula. ¿De dónde sacas que yo estoy perdidamente en enamorada?-  Balbucea  acercándose a la mesa y tratando de esconder su euforia.

-Probablemente del brillo de tus ojos y el rubor en tus mejillas cuando estás cerca del doctor Decout- La provoca alzando una ceja y haciendo jarras con sus brazos en la cintura. Luciana suelta un suspiro he intenta manejar la situación con Abril. La adora porque para ella es casi una hermana, pero sabe que puede ser una hermana terriblemente indiscreta.

-Con respecto a eso quisiera aclarar  algo-  Murmura angustiada sin dejar de observar la mesa y sin saber cómo explicarlo.

-Nuevamente te digo que no te preocupes. Yo seré una tumba, pero ustedes deben ser más discretos-  La tranquiliza sabiendo que para Luciana es un paso gigantesco el aceptar el amor en su vida.

-Gracias, pero no estoy segura de que haya algo que ocultar- No sabe cómo será  la relación con Gerard y tampoco sabe si será despedida por comportamiento poco decente.

-¿Qué quieres decir?- Pregunta tomándola de las manos para que queden frente a frente y poder evaluar el rostro de Luciana.

- Lo conozco hace muy poco, si es que se puede decir que lo conozco. Además, no se cuales sean sus intenciones y yo no me dejare deslumbrar por su posición-

-Ummm te entiendo- Responde Abril analizando la situación. – Pero creí que lo conocías bien por la manera en que se miran- Agrega  transportando a Luciana al baño de Petra donde conoció todas las partes de Gerard. El calor abrazador le consume el cuerpo y tiene que abanicarse con la mano.

- No mucho. Solo nos hemos visto tres veces- responde con la voz entrecortada y luego se rectifica. - Hoy  serian cuatro.

-Está bien, pero sería bueno que te costumbres a su presencia. ¡Desde el lunes lo verás todos los días!-

-¡Lo sé, y será muy difícil para mí!- Se queja y se abanica nuevamente tratando de controlar su cuerpo delator.

-Tienes este fin de semana para analizar la situación. Piensa si quieres dejarlo entrar en tu vida o si prefieres desecharlo al igual que los demás. Si te inclinas por aceptarlo, conocerás las mieles del amor y serás menos agria. Pero se lo rechazas tendrás que fundirte por siempre en la amargura desde tu casa para evitarlo-

Luciana suelta un bufido ante el consejo de Abril sabiendo que tiene razón. Esas son las únicas opciones que tiene, aunque  su corazón ya se inclina ante el deseo y le advierte su intención de regresar el  lunes  al hospital.

-Lo pensare, pero ahora concentrémonos en limpiar- Se limita a contestar  y amabas inician su rutia de limpieza mientras que en el pabellón de Hombres Gerard es presentado al doctor Caicedo y el doctor Bernal.


A las siete de la noche ambas han terminado de limpiar y  Luciana sale apresurada de su turno para evitar un nuevo encuentro con Gerard. Para su fortuna, él se encuentra aún reunido con los demás doctores del hospital en el consultorio, discutiendo técnicas quirúrgicas y modernos tratamientos de las enfermedades más comunes de la región. Gerard los actualiza a pesar de que lleva más de cuatros años sin ejercer la medicina, lo que evidencia el retraso en los avances médicos en el nuevo mundo y en una ciudad costera tan alejada de la capital.

Camina apresuradamente para llegar a la casa y evitar ser alcanzada por Gerard en caso de que lograra salir de la reunión.  Necesita la tranquilidad que su hogar le ofrece para procesar con calma la nueva  oportunidad que la vida le presenta, donde el amor es el protagonista.  Se relaja cuando ve a Atita que la espera en el portón al igual que la esperaba en el amanecer. Ambas discuten sobre la cena y al ingresar Luciana se relaja sentándose en la silla mecedora en la que su madre acostumbraba leer. Concentra su mirada en los arcos de piedra que  rodean el patio, sin dejarse inquietar por las grietas y fisuras que delatan el mal estado de la casa que un dia fue la envidia de la ciudad por su belleza. Su mente tan solo  le presenta una y otra vez la escena del beso enajenándola del resto del mundo y sus problemas.

Scarlet regresa del jardín donde se encontraba limpiando sus flores con el aceite de coco. Se acerca a Luciana que permanece en la mecedora distraída en sus pensamientos y ajena a su presencia.

-Hola Luciana, ¿Que  tal estuvo  tu primer dia y tu primer cirugía?- Pregunta tratando de regresarla nuevamente a la tierra desde la nube en que se encuentra.

- Estuvo bien- Responde sorprendida y se levanta de la silla. – Voy a comer  y luego iré a dormir. Estoy muy cansada- Agrega alejándose de Scarlet y ocultándole la mirada. Pero ella la toma del brazo y con la otra mano le toma  la barbilla  para mirarla a los ojos.

-¡Lo viste!- Exclama con emoción al contemplar ese brillo extraño que solo tiene su hermana cuando ve a su  misterioso hombre. Luciana suelta un bufido y pone los ojos en blanco por la frustración  de ser descubierta una vez más. Entiende que Abril y el doctor Almenares lo descubrieran por haber presenciado su encuentro, pero  que su Scarlet  lo descubriera con tan solo verla la desconcierta.

-Si- responde resignada.

-¡Oh Dios mío que emoción!- Chilla mientras salta alrededor de Luciana. -¿Que te dijo?-

-Se disculpó por su comportamiento- Responde y le esquiva la mirada una vez más para no delatarse al recordar el beso.

-¿Quién es él? ¡Tienes que decírmelo! - Le suplica Scarlet  con la exaltación a flor de piel. Luciana se queda un segundo paralizada sin saber cuál respuesta darle. Piensa que si le dice que es un medico con el que compartirá sus días en el hospital no podrá evitar la intensidad y las preguntas a diario de Scarlet. Entonces recuerda las palabras con las que fue conquistada y le da una respuesta.

-Es un marinero-





  
 EL RUEGO ENCARECIDO
         SONETO



Deja ya la cabaña, mi pastora;  
 déjala, mi regalo y gloria mía;  
 ven, que ya en el oriente raya el día,  
 y el sol las cumbres de los montes dora.  


 Ven, y al humilde pecho que te adora, 
 torna con tu presencia la alegría.  
 ¡Ay!, que tardas, y el alma desconfía;  
 ¡ay!, ven, y alivia mi pesar, señora.  


 Tejida una guirnalda de mil flores  
 y una fragante delicada rosa 
 te tengo, Filis, ya para en llegando.  


 Darételas cantando mil amores,  
 darételas, mi bien; y tú amorosa  
 un beso me darás sabroso y blando.


JUAN MELENDEZ VALDEZ


NOTA DEL AUTOR

Gracias por leer esta historia a la cual le entregare mi corazón como a un  primer hijo. Igualmente agradezco sus comentarios ya que son el combustible que me empuja a continuar con esta creación.



4 comentarios:

  1. sacrosanta madre q señor beso!!!!! yo quieroooooo.....
    esq me meto a estudiar medicina si me ponen a ese doctor jajajaja
    BUENISIMO AMIGA MIA
    cada domingo me gusta mas... y pensar q cada domingo pienso que no podras superarte vas tu me callas =P

    te quiero amiga mia y hasta el siguiente capitulo ... oh Gerald <3

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  2. Me encanta, cada semana mejor
    Ahhhh que beso xD y a Luciana le temblaba todo jajaj que rico es al amor ahhh
    Luciana lo vio primero y que se quede con Gerard please si!?
    Besos guapa ,hasta el sig. Capitulo :-D :-*

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  3. me encanto quese besaran haciuf intensos ellos jajjajajja me gusta que esten juntos pero creo que escarletva a ser un problemon muy buen capitulo como siempre esperando el proximo

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  4. OH FARLEY !!!!
    ME ENCANTO MUCHISIMO!!!!!!!!!!
    AME ESTE CAPITULO!
    LO HICISTE DE MARAVILLA!!!!!!!!

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